Lo queremos todo (mis diálogos conmigo mismo).

-Lo queremos todo pero eso no puede ser. Querer todo tiene sus consecuencias. No obstante, ¿estás preparado para las consecuencias?

-No lo se.

-Quizá no te importe herir a los demás.

-Solo importamos nosotros mismos.

-¡Ah, bueno!, en ese caso no es que esté bien pero entiendo que entiendes lo que puede pasar después.

-¿Qué puede pasar después?

-Que la gente se canse de un puto ser egoísta como tu.

-No me importa.

-Bueno, es ese caso estás preparado para asumir las consecuencias.

-Genial. ¿Vamos a tomar una birra?

-Que te den por culo.

R-EVOLUTION

Veo sombras en mis sueños, pesadillas. Danzas y bailes de buitres en manada queriendo agarrar la presa. Se pelean y se insultan sentados en la misma mesa, mientras nos agasajan con mentiras color rosa. Comen todos juntos, nos devoran. Beben nuestra sangre, engullen nuestras tripas. Suena el farfulleo de sus bocas con sonatas y hermosos poemas convincentes como cantos de sirena, sabiendo que en realidad no cambiará nada. Apago la televisión. No eran sueños. Yo no iré a jugar el día 23 de junio a su juego de suma cero. Pesadilla. Yo no iré a jugar. No iré. ¿Tú irás?.

El saludo de los lerdos

En Donostia mi querida ciudad existe un saludo muy popular entre los lerdos. El NO saludo. Un lerdo no es un desconocido. Puede ser un vecino, un compañero de la escuela, o alguien al que has conocido en un momento determinado de tu vida o que sueles ver muchas veces por la ciudad. Un lerdo te conoce. Cuanto más cercano más lerdo. Un lerdo a lo lejos se va aproximando por la calle mientras te mira de arriba abajo estudiandote cada movimiento, y cuando está ya tan cerca que lo puedes llegar a oler te mira fijamente. Es ahí, en el momento en que pasa a tu lado y lo vas a saludar cuando aparta estúpidamente la mirada y mira para otro puto lado pasando de largo. Ese es el saludo de los lerdos. El NO saludo. Al principio puede llegar a molestar un poco si eres nuevo en la ciudad o si vienes de fuera. Luego pronto te habitúas. Lleva décadas contagiándose, extendiéndose, incluso por los pueblos de alrededor. Está por toda la provincia. Cada vez hay más lerdos. Luego también están los advenedizos. Bueno… los advenedizos son ya otra puta historia.

Como putas lombrices

En las épocas de sequía y días agostados de verano en pleno calor infernal las lombrices y gusanos sacan sus cabezas y salen de la tierra buscando la humedad inexistente. La temperatura del suelo y la tierra tan árida y dura hace que su desplazamiento en busca de un lugar mejor sea prácticamente imposible. La muerte es segura. No podrán llegar a su destino, no cumplirán sus sueños ni sus objetivos. En realidad no tienen destino. Su objetivo en un momento dado será solo respirar. Una maravillosa utopía: beber y respirar. Morirán arrastrándose, secándose y agonizando en el camino. Somos como putas lombrices.